07 de Enero - Si bien muchas de las medidas que viene anunciando (e implementando) el Gobierno Nacional de Javier Milei fueron anunciadas en campaña y si bien muchos denunciábamos que votar a Mileli era “como pegarse un tiro en el pie”, lo que no es cierto es que el costo del “recorte” lo iba a pagar la clase media, los laburantes, pymes y emprendedores. Por lo menos eso decía el Presidente durante la campaña.
El “contrato” electoral firmado por una buna parte de la sociedad en el balotaje (ya que en primera vuelta apenas logro llegar al 30% de votos) hablaba de una “revolución libertaria”, donde era la “casta” la que debía pagar los gastos de dicha revolución y la clase media y los laburantes solo debían ajustarse un poco el cinturón.
Anunciaba que el iba a bajar la inflación, que dejaría de emitir pesos, que lograría estabilizar la economía y los precios, generar empleo y no endeudarnos más.
Que en la Argentina Libertaria “los políticos” iban a dejar de tener privilegios. El Gobierno de Milei iba a ser un Gobierno que iba a dejar de emitir pesos ni tampoco endeudarse; ya que Javier Milei había prometió gestionar “con lo que se tiene”.
Bueno, nada de esto paso.
Lo único que sucedió, y con lo que si cumplió Javier Milei, fue con la parte de ajustar sobre los trabajadores, los más humildes y la clase media. Con la parte de perseguir a los que sufren y quieran manifestarse, en ningunear al Congreso y la Democracia, y en terminar con las Pymes y los Emprendedores.
El dólar subi, pero comprar un kilo de asado es imposible. El boleto subió, como los despidos. Las prepagas aumentan diariamente sus planes, pero a la salud pública ni bola. Se quiere limitar los derechos de los trabajadores, pero se liberó la compra de tierras para extranjeros. No hay más aumentos para jubilados, pero la luz y el gas aumento de forma descomunal. Se está viviendo la peor temporada de verano en años en Mar del Plata, pero Mauricio Macri y sus amigos están d vacaciones por el mundo como si nada.
La inflación está por las nubes, el gobierno está sitiado por lo que Javier Milei denomino “la casta”, los precios suben más rápido que un ascensor, la economía está a los tumbos, a la políticas no se le toco un priveligo y los amigo del poder que viven del estado hace 150 años festejaron una navidad en bonanza.
¿El pueblo? Triste, sin un peso y con cada vez menos derechos. Unas fiestas “de mierda”.
Esta son algunas líneas de lo que es la Argentina de Milei, más allá del relato de La Nación y “el diario de Javier Milei”.
¿Pero quién pago el costo de la revolución libertaria?
“La política” no pago la fiesta, el poder financiero se llena los bolsillos, las empresas amigas de del poder pudieron subir tarifas y lograr ganancias extraordinarias.. Mientras que los laburantes y la clase media ya no tienen más agujeros en el cinturón para poder ajustar, ya que lo tuvieron que vender para poder pagar la fiesta de Milei y Macri.
En definitiva, el ajuste libertario lo pagamos todos los argentinos de pie. Ni la casta, ni los empresarios millonarios, ni los políticos corruptos; solo el pueblo argentino, humilde y laburador.
¿Pero al final quien era la casta?
Y al final la “casta” resultaron ser los laburantes, la clase media, los emprendedores, las pymes, los científicos, los más humildes.
La “casta” son los que en un mes de gobierno de Milei sufrieron la devaluación de su salario, a los que se les aumento el colectivos, la luz, el gas, el agua; esos que ya no pueden pagar la prepaga debido a los aumentos, esos que ya no usan el auto porque pagar la nafta es muy difícil. Son aquellos que productos de todas las medias que tomo este gobierno no llega a fin de mes, y muchos de ellos a garantizar las cuatro comidas básicas.
La “casta” resultaron ser aquellos que no pudieron ir de vacaciones porque en realidad están más cerca de no poder llegar a fin de mes, o los cientos de miles de pibes y pibas que tuvieron que volver a la casas de sus padres porque les aumentaron un 100% el alquiler de un “saque”.
La “casta” al final son la pyme textil de San Martín a la que le abrieron las importaciones y tuvo que echar empleados, o los trabajadores de las empresas estatales que van a ser despedidos cuando Milei las privatice.
La casta son los vecinos de Bahía Blanca que luego de la peor inundación de su historial tuvo que escuchar al Presidente Javier Milei decirles que no hay plata pero que está tranquilo porque lo van a resolver.
La Casta que no era tan Casta.
La casta no era Mauricio Macri y su familia que hace 70 años viven del estado con negocios donde solo su familia gana, o Patricia Bullrich (Ministra de Seguridad) que hace más de 30 años ocupa cargos públicos (De La Rua, Macri y ahora Milei), o Karina Milei (Secretaria General de la Presidencia) que solo está ahí porque es la hermana.
Ni que hablar de Luis Caputo (Ministro de Economía), a quienes sus amigos le dicen “Messi de las finanzas”. Un hombre que responde al establishment norteamericano y ser el responsable del endeudamiento más grande de la historia de nuestro país con el FMI (durante el gobierno de Macri).
Ni tampoco Mariano Cúneo Libarona (Ministro de Justicia) quien es conocido como el abogado del poder. Fue abogado de Guillermo Cóppola en la causa del jarrón de cocaína, defendió a Amira y Emir Yoma –cuñados del expresidente Carlos Menem–, acusados por narcotráfico y tráfico de armas. Participó de casos como Time Warp y los Cuadernos de Centeno, y fue abogado del exgobernador José Alperovich, denunciado por abuso sexual.
La casta no es Pablo de la Torre, quien es hermano del histórico Baron del Conurbano y mandamas de San Miguel Joaquín de la Torre, y ocupa la Secretaria de Desarrollo Social por pedido de su hermano.
Milei resulto ser uno más.
Lamentablemente Javir Milei quedara en la historia como otro presidente que ajusto sobre el pueblo y le permitió a sus amigos hacer negocios.
Legos de ser un León que asustaba “a la política” y venía a comerse a todos crudos, resulto ser (como dijo Miriam Bregman) un gatito del poder.
Milei dejara una herencia muy compleja, y una argentina muy golpeada. Es por eso que la unidad del Campo Popular deberá gestarse desde ahora. No solo para tratar de ponerle límites al Fujimori Argentino, sino para volver a construir una nueva mayoría que saque al País adelante.
La tarea es ardua y compleja. Nuevos liderazgos deberán surgir, y se necesitara construir una nueva canción para lo que viene.
Eso no quiere decir que sobre nadie, pero si que los tiempos son otros, y para eso necesitamos de nuevos dirigentes, jóvenes, humildes y con ganas de ponerle el cuerpo a este difícil momento.
Hoy más que nunca hay que ponerle el cuerpo (la cabeza y el corazón) a las expresiones que el pueblo decida construir para resistir a Javir Milei. Serán los paros, las jornadas de lucha sectoriales, asambleas, cacerolazos, etc.
Lo importante es respetar esas construcciones y sus tiempos. La política partidaria deberá acompañar, no solo desde el tuit o las redes sociales. Necesitamos que los dirigentes le pongan el cuerpo.
Acá nadie se salva solo.
La templanza será la que nos permitirá no perder el Sur.